Alimentos ecológicos: Mitos y verdades

Alimentos ecológicos: Mitos y verdades

La protección y cuidado del medio ambiente se ha convertido en una de las reivindicaciones más potentes apoyada por jóvenes y mayores de todo el mundo. Las marchas por el clima inundaron de lemas y carteles que abogaban por la conciencia medioambiental, las plazas de las principales ciudades y han forzado a muchos gobiernos a tomas medidas relacionadas con la defensa del entorno natural.

Una de las principales consecuencias de este movimoiento ha sido el aumento significativo de personas que vienen reclamando en el mercado alimentos de origen natural que hayan sido producidos de la manera más orgánica posible y que garanticen la pureza de los mismos. A estos alimentos se les suele conocer como ecológicos o bio, y cada vez más supermercados responden a estas demandas con estanterías dedicadas a este tipo de productos.  

Para este artículo hemos decidido investigar estos productos, y vamos a tratar de responder  las preguntas más frecuentes que se suelen hacer sobre los alimentos ecológicos.

 

 ¿Qué son?

Esta pregunta es la más frecuente y conviene empezar por ella antes de adentrarnos en otras cuestiones más concretas.

Hay muchas ideas y definiciones sobre qué se entiende por alimentos ecológicos y muchas de ellas ponen el foco en diferentes aspectos como la plantación, la producción, los productos utilizados etc. Haciendo una síntesis de todas  ellas podemos decir que los productos ecológicos son aquellos en cuyo proceso se han respetado los ciclos naturales y no se han utilizado pesticidas, fertilizantes, antibióticos ni ningún tipo de químicos que puedan alterar la producción natural de los mismos.

Los alimentos ecológicos en los países europeos vienen acompañados de una etiqueta denominada «Etiqueta Ecológica Europea» o Ecolabel, que garantiza que en su producción se han seguido una serie de requisitos establecidos por las autoridades ambientales de la UE. Por lo tanto que un alimento sea ecológico en principio solo nos está indicando que se ha producido de acuerdo a la normativa europea de producción ecológica.

 

¿Lo ecológico es más saludable?

Que un producto sea ecológico nos está dando la garantía de que es de origen natural y que no se han utilizado elementos químicos en el mismo, lo cual no quiere decir que no se hayan utilizado ningún tipo de fertilizante o pesticida. Hay cierta tendencia a creer que lo natural es siempre mejor que lo químico o artificial, y por ejemplo en el año 2007 se prohibió el uso de un pesticida natural, la rotenona, porque resultaba ser muy tóxica.

Las investigaciones han demostrado que la proporción de residuos de pesticidas resultante en los productos que llegan a los clientes es mínima, y no hay ninguna enfermedad directamente vinculada al uso de los mismos. A este respecto el químico y divulgador Jose Miguel Mulet, profesor de Biotecnología señala que «el residuo que dejan los pesticidas en los alimentos es demasiado bajo como para crear problemas de salud».  

Sí es cierto que hay zonas, especialmente en países subdesarrollados, en las que se han utilizado en exceso, y han ocasionados problemas de salud en los propios agricultores. No obstante la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) también dispone de una legislación al respecto para asegurar que aquellos químicos utilizados en la producción de alimentos, se ajusten a los parámetros de seguridad alimentaria.

Por lo tanto concluir que los alimentos ecológicos son más saludables es presuponer que lo natural es siempre mejor que lo químico, y la experiencia nos ha enseñado algunas excepciones que demuestran que no siempre es así.

 

¿Los alimentos ecológicos son más nutritivos y sabrosos?

La etiqueta de alimento ecológico se concede por las técnicas de producción, pero no garantiza que ese alimento sea de temporada ni de proximidad.  Un ejemplo muy esclarecedor es que te puedes tomar un café ecológico de Perú o unos tomates ecológicos de México, que te aseguran la producción ecológica, pero desde luego no son alimentos de proximidad, pues han tenido que realizar un largo camino hasta el supermercado. En este sentido, España es uno de los países que más alimentos ecológicos produce, y sin embargo la mayoría de ellos se exportan a países del norte de Europa que son los países que más alimentos ecológicos consumen.

Los alimentos más ricos se suele decir que son aquellos de temporada y de proximidad. Un ejemplo muy claro son esos vendedores de melones que en verano se ponen en un lado de la carretera a ofrecer los productos que recién han recogido. Eso es un producto que por su cercanía, y reciente proceso de maduración, más probabilidad tenga de ser muy sabroso. Que sean productos ecológicos tampoco nos indica que sean productos de temporada, pues la gran parte de alimentos ecológicos se producen en invernaderos.

Habrá muchos elementos que puedan influir en la calidad de los productos, pero desde luego la etiqueta ecológica no es necesariamente una garantía de mayor sabor o aporte nutritivo.

 

¿Los productos ecológicos contaminan menos?

Una de las principales causas por las que cada vez más personas están optando por productos ecológicos, es por el impacto en el medio ambiente que la producción convencional ha demostrado tener.

Sin embargo es conveniente saber que ecológico no es lo mismo que sostenible. El ejemplo que poníamos antes del café peruano o los tomates mexicanos nos sirven para poner de relieve que esos productos han tenido que ser transportados de un país a otro con la contaminación que ello implica. Es más sostenible un alimento producido en tu zona, que uno ecológico de otro país. Además la etiqueta ecológica tampoco hace referencia al envasado de los productos, por lo que el café puede ser ecológico pero venir en envases de plástico.

Los pesticidas sirven principalmente para aumentar el aumento de los cultivos. Un debate importante a este respecto es si una producción basada en técnicas ecológicas sería capaz de abastecer toda la demanda de alimentos que hay en la actualidad. La producción ecológica, por respetar los ciclos naturales de los productos, tiene menos rendimientos, de ahí que genere menor producción y sus productos sean más caros.

 

¿Qué son las granjas ecológicas?

Este es otro de los reclamos que más se están viendo últimamente en productos de origen animal.

Las granjas ecológicas son aquellas en las que se siguen también técnicas estipuladas en la normativa europea que garantiza un trato más respetuoso a los animales y al medioambiente, apuesta por productos naturales, y prioriza la calidad de sus productos a la cantidad de producción.

Entre las garantías que deben cumplir estas granjas podemos destacar que los animales tengan acceso al exterior para pastorear; deben tener acceso a agua y a alimentos de origen biológico fundamentalmente, sin utilizar estimuladores de apetito; las instalaciones tienen que disponer de ventilación e iluminación suficiente; se prohíbe las técnicas de ingeniería genética, así como la utilización de medicamentos o antibióticos en los animales. En definitiva, tratan de asegurar el bienestar animal.

 

Probablemente nos surjan muchas más preguntas sobre los alimentos ecológicos y sobre este debate que plantea si se trata de una posible solución a esta crisis climática o son una simple campaña de marketing con muchos intereses. Déjanos en los comentarios qué opinas tú, ¿a favor o en contra?