Cómo mantenerse sano tras los 50
Es normal que con el paso de los años notemos cambios graduales en nuestro cuerpo, las canas y las arrugas forman parte de ese proceso. Sin embargo, la forma y velocidad en la que tu cuerpo madura depende de diversos factores, pero los principales son la genética y tu estilo de vida. La genética vendrá marcada por la forma en la que ha envejecido tus familiares y no podremos cambiarla pero no debe suponer una excusa para no realizar cambios en tu estilo de vida, ya que al final tendrán más importancia los hábitos relacionados con tu salud, lo que por suerte depende de ti, y puedes cambiar a tu antojo.
¿Qué cambios ocurren tras los 50?
Tras cumplir los 50 años de edad nuestro cuerpo comienza a cambiar más rápidamente. Los cambios más comunes son:
Pérdida de masa muscular
Con la edad vamos perdiendo masa muscular, y nuestro metabolismo se ralentiza provocando que ganemos peso más fácilmente. Además especialmente en las mujeres, nuestras células ganan cierta resistencia a la insulina, lo que provoca que engordemos más fácilmente, sobre todo en la zona de la barriga. Cuando se padece resistencia a la insulina, la grasa, el músculo y el hígado no responden a ella con normalidad. Esto provoca que el hígado no absorba la glucosa del torrente sanguíneo, provocando que los niveles de azúcar en sangre aumenten, e incrementando el riesgo de acabar desarrollando diabetes de tipo 2.
Cambios en el pelo y en la piel
Con la madurez la pigmentación de las células se va perdiendo, por lo que el pelo se vuelve más fino y gris. Además, la piel se vuelve más fina y produce menos grasa natural, esto suele provocar que se vuelva menos elástica y mucho más seca. Algunos pocos afortunados mantienen una piel joven y tersa durante mucho más tiempo, pero para proteger la piel del envejecimiento, debemos asegurarnos de llevar una buena rutina de hidratación y cuidado, también evitar la exposición solar excesiva y otros factores que pueden acelerar su deterioro.
Pérdida de visión y oído
Con el paso de los años es normal que la visión y el oído se vayan perdiendo. Al hacerse mayor la probabilidad de padecer enfermedades de la vista como cataratas o glaucomas aumenta, y además la agudeza visual se va perdiendo. Debido a esto muchas personas de mediana edad necesitan gafas para leer, ya que les resulta difícil enfocar objetos a corta distancia. También es habitual verles alejar el periódico o alguna carta, ya que de esta forma pueden enfocarlo mejor y por tanto leerlo sin tanta dificultad. Respecto a la capacidad auditiva, también es normal ir perdiéndola de forma gradual. En ocasiones puede ocurrir tan despacio que no llega a percibirse hasta que hay un problema grave. Los primeros síntomas en aparecer, suelen ser dificultad para escuchar sonidos agudos, o para seguir conversaciones cuando hay mucho ruido de fondo.
Cambios en los patrones del sueño
No todo el proceso de hacerse mayor es negativo, y la buena noticia es que con la edad se necesitan menos horas de sueño diario. Sin embargo, es probable que tiendas a despertarte más frecuentemente durante la noche, y que no tengas un sueño tan profundo como cuando eras más joven.
Cambios en huesos y articulaciones
Tal y como pasa con cualquier objeto, el uso a largo plazo provoca desgaste. Con el paso de los años es más probable que se desarrolle osteoporosis, la cual produce una disminución de la densidad ósea, por lo que a su vez provoca que aumente el riesgo a sufrir fracturas. Al superar los 65 años de edad, especialmente en casos de sobrepeso, también es común desarrollar osteoartritis, es decir, desgaste del cartílago, lo que entre otras cosas puede producir una disminución de la altura.
Cambios en la función cerebral
El cerebro tiene una asombrosa habilidad de adaptación a los cambios de circunstancias en tu cuerpo. Por ese motivo mucha gente mantiene una función cognitiva correcta durante toda su vida. Sin embargo, con el paso de los años es más probable padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia en menor o mayor grado. Mantenerse activo realizando ejercicio regular y desafiando a tu cerebro con juegos de memoria, puzles, juegos de palabras, etc. puede ayudarte a evitar el deterioro cognitivo.
¿Cómo prevenir los cambios del cuerpo?
Tal y como hemos comentado anteriormente, todos estos cambios en el cuerpo se producen de forma natural con el paso de los años y es imposible pararlos. Sin embargo, sí que es posible retrasarlos o minimizarlos llevando una vida sana y siguiendo los siguientes consejos:
Sigue una dieta sana y equilibrada
Por todos es conocido que la dieta que sigas será un importante factor determinante de tu salud. Comer de todo es la clave para conseguir una alimentación saludable, eso sí, hay ciertos tipos de alimentos que deberás consumir mucho más frecuentemente que otros. Algunos de los alimentos que más deberás consumir serán sin duda las verduras de hojas verdes, frutas y legumbres. Estos alimentos te aportaran los minerales y vitaminas necesarios, y además en el caso de las legumbres te aportarán una gran fuente de energía. Estudios recientes han demostrado que una dieta rica en legumbres puede reducir el colesterol malo hasta un 5%, y que comer fruta, especialmente manzanas, puede reducir el riesgo a padecer diabetes de tipo 2.
Protege tus extremidades
Que te hagas mayor no significa que debas dejar de correr. Existe la creencia de que correr puede dañar tus rodillas a la larga, sin embargo estudios recientes demuestran que puede servir para “estirarlas” y que tampoco influye en el riesgo de padecer artritis. Bien es cierto que si padeces de artritis o extremidades doloridas correr puede ser demasiado, pero puedes seguir beneficiándote de realizar deporte haciendo actividades más sencillas, como caminar diariamente o montar en bicicleta. Esto te ayudará a estirar tus músculos, a mantener la salud de tus articulaciones y a reducir el dolor.
Sigue aprendiendo
Sal de tu zona de confort y comienza a descubrir y aprender cosas nuevas. Visita sitios nuevos, haz nuevos amigos, aprende a tocar instrumentos musicales o hablar un nuevo idioma. Vivir experiencias nuevas, además de aportarte diversión e incluso felicidad, estimulará tu cerebro, manteniendo tu mente sana durante el paso de los años.
Disminuye la cantidad de sodio
¿Tu presión sanguínea es más alta de lo que solía ser? Eso no sería una sorpresa, ya que tiende aumentar con la edad. Ya que el sodio puede elevar la tensión, intenta disminuir la cantidad de sal que añadas a las comidas. Disminuye la cantidad de precocinados o bollería industrial ya que suelen llevar grandes cantidades de sodio añadido, lo mismo sucede con el pan. ¿Quieres otra solución natural? Come un plátano cada día, ya que su potasio equilibrará el efecto del sodio en tu cuerpo manteniendo una correcta presión sanguínea.
Ayúdate con suplementos
Puedes mejorar tu salud y bienestar añadiendo a tu dieta suplementos alimenticios como Fórmula 50 fórmula plus rico en vitaminas A, B,D, ácido fólico, yodo, hierro, magnesio y zinc, ya que contiene todas las vitaminas y minerales que te ayudarán a mantenerte sano y joven durante más tiempo.
Empieza de cero
Puede que no hayas seguido los hábitos más saludables hasta el momento. ¿Tienes 40 o 50 años y comes demasiado y te ejercitas muy poco? No hay problema, la clave es hacerlo mejor desde ahora. Cambiar tu estilo de vida incluso a los 60 años o en adelante también puede ser muy positivo para tu salud. Llevar un ritmo de vida saludable puede ayudarte a disminuir el riesgo de padecer problemas cardiacos, fracturas óseas e incluso cáncer. Por lo que recuerda que… ¡nunca es demasiado tarde! Cuídate, y cuida tu salud, y podrás sentirte más sano que incluso cuando tenías 20 años menos.