¿Cómo fabrica recuerdos tu cerebro?
Nos exponemos a un mundo lleno de información, a medida que nos convertimos en adultos nuestros hábitos, ideologías, esperanzas y miedos se forjan según lo que recordamos de nuestro pasado. Pero, ¿qué es lo que decide que debemos recordar y qué es lo que debemos olvidar? Vamos a echar un vistazo a cómo nuestros recuerdos se graban, retienen y rememoran.
La memoria es una de las habilidades más importantes que tenemos. Desde el momento en el que nacemos.
¿Qué es la memoria?
Hay 3 tipos diferentes de memoria: sensorial, a corto plazo y a largo plazo:
Memoria sensorial
Es aquella que se encarga de recopilar información a través de los sentidos (tacto, vista, oído, gusto y olfato) y los almacena en el cerebro una milésima de segundo. Se olvida prácticamente todo y en un instante gracias a nuestro proceso de selección, el cual determina cual es aquella información que es realmente importante.
Memoria a corto plazo
Este tipo de memoria se encarga de procesar toda la información sensorial y decide cual debería pasar a la memoria a largo plazo. También se conoce como memoria de trabajo u operativa, aunque también manipula información temporal. Debido que tiene capacidad limitada en ocasiones mantiene la información el tiempo necesario para usarla, a continuación la desecha.
Memoria a largo plazo
Es la que se ocupa de guardar la información de un modo duradero y parece que no tiene limitaciones en cuanto a capacidad se refiere. Debido a su complicidad se divide en dos.
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Memoria implícita - La memoria implícita no requiere de consciencia, es la que se encarga de recordar hábitos y funciones que ejecutamos de modo automático, como ir en bici o atarnos los cordones de los zapatos.
- Memoria explícita - La memoria explicita requiere que seamos conscientes de la información, por ejemplo recordad contraseñas, nombres o lugares. Se divide en otras dos:
- Memoria episódica - Autobiográfica, permite recordar eventos personales y experiencias como vacaciones o el primer beso.
- Memoria semántica - Aprendizaje a través del estudio, el conocimiento general que acumulamos a lo largo de nuestras vidas, como las letras del alfabeto o las fechas de eventos históricos. Suele comportarse mejor a largo plazo que la memoria episódica.
Cómo se forman los recuerdos
El cerebro está formado por 100 billones de neuronas, cada cual conectada con otras 10,000. Están constantemente mandando señales y comunicándose con otras a través de las conexiones llamadas sinápticas. Las memorias se forman cuando estas conexiones se fortalecen.
1. Codificación
La codificación es el primer paso para formar un recuerdo. La nueva información entra a nuestro cerebro gracias a nuestros sentidos y se transfiere de neurona a neurona a través de impulsos eléctricos. Cuando un recuerdo pasa a través de dos neuronas vecinas se crea una conexión (sinapsis). Para que el recuerdo se grabe de forma permanente la conexión debe fortalecerse (codificarse) mediante repetición. Se codifican de 4 modos; visualmente (imágenes), acústicamente (sonidos), táctilmente (tacto) y semánticamente (significado o contexto).
Para que un recuerdo se codifique satisfactoriamente, se debe estar prestando atención, cualquier información que no sea codificada se olvidara posteriormente. La mayoría de la información que pasa por nuestro cerebro se olvida en un periodo que va desde unos 15 a unos 30 segundos, durante los cuales nuestro hipotálamo decidirá si debe guardar dicha información o debe desecharla.
2. Consolidación
La mayoría de la gente es capaz de retener unos 7 objetos o ideas en su memoria a corto plazo, así que después el cerebro debe codificar las memorias para añadirlas a la memoria a largo plazo si las quiere mantener. A medida que nuestras neuronas se envían señales entre ellas la sinapsis se vuelve más fuerte, a más señales más fuertes son las conexiones.
El cerebro siempre está poniendo orden a su modo, se organiza y reorganiza constantemente en respuesta a nuestras experiencias, es más fácil que nuestro cerebro consolide recuerdos si estos pertenecen a otros que ya existen en la memoria a largo plazo. Este estadio es susceptible a sufrir interrupciones, por ejemplo si nos distraemos cuando ocurre el evento, puedes tener dificultad para recordarlo con claridad más tarde.
3. Almacenamiento
Una vez se ha consolidado, la información pasa a formar parte de la memoria a largo plazo donde permanece durante días, semanas o de por vida. La información puede ser almacenada en diferentes áreas del cerebro (dependiendo a qué tipo de recuerdo pertenezcan, tacto, olfato, etc.) gracias al proceso de distribución. Esto sucede para evitar que se pierdan todos los recuerdos, si una parte del cerebro se daña, se perderán solo aquellos asociados a dicha parte.
Cada memoria se guarda con un único patrón de células nerviosas, creando una compleja red de células entramadas en el interior de nuestro cerebro. Curiosamente algunas memorias se solapan compartiendo partes similares en el patrón, por eso algunas personas encuentran más fácil recordar información si la asocian con algo que ya saben. Las conexiones neuronales no están predispuestas, cambian constantemente cada vez que el cerebro se reorganiza en respuesta a las nuevas experiencias.
4. Recuperar recuerdos
Todavía no está muy claro como el proceso que sigue el cerebro para recuperar los recuerdos. Sin embargo sabemos que a la hora de traerlos de vuelta reactiva el patrón único que se creó durante su guardado. El tiempo que se precisa para traer el recuerdo de vuelta es directamente proporcional a lo familiar que seas con ese recuerdo, así que cuanto más utilices un recuerdo más fácil será recuperarlo. El modo en el que recabamos la información es decisivo a la hora de recordarla, si la información se da del mismo modo en que se dio la primera vez será más fácil recordarla.
Sabías que.. La memoria es un tanto negativa, presta más atención a la experiencias negativas que a las positivas, el hipocampo señala los eventos negativos y los guarda en la memoria a largo plazo para reducir el riesgo de cometer los mismos errores en el futuro.
Recuerdos en la vejez
A medida que envejecemos es normal experimentar ligeros cambios en nuestra memoria. Los adultos tienen dificultades para recordar números o palabras, sin embargo tienen facilidad para recordar hechos o tareas. Existen un par de motivos para esto, la primera que la capacidad de almacenamiento de la memoria a corto plazo se reduce a medida que vamos cumpliendo años. La segunda que los ancianos poseen unas conexiones más amplias y densas, que ya han sido organizadas a lo largo del tiempo una y otra vez, haciendo que sean más accesibles.
Estudios recientes han demostrado que la memoria no se deteriora por la vejez en sí misma. De hecho lo que ocurre es que es más difícil acceder a ellas, probablemente debido a un deterioro del hipocampo, falta de circulación sanguínea o insuficientes hormonas o proteínas para proteger el cerebro. Perder algunos recuerdos es relativamente normal, perder las llaves u olvidar un nombre, aunque es muy frustrante, afortunadamente hay formas de mejorar memoria.
Cómo mejorar la memoria
Existen ciertas acciones que podemos llevar a cabo para mejorar y fortalecer la memoria, entre ellas destacan:
Repasar o repetir
Se olvida más rápido justo después del aprendizaje, después se ralentiza a lo largo del tiempo. Esto quiere decir que cuando aprendemos algo debemos seguir intentando memorizarlo todos los días hasta que se implante en nuestra memoria.
Ejercicio diario
El ejercicio aeróbico provee al cerebro de oxígeno, estimula nuevas conexiones neuronales y aumenta el tamaño del hipocampo. Indirectamente, el ejercicio reduce el estrés, la ansiedad y los problemas de insomnio, que contribuyen a deterioro cognitivo. Intenta realizar 30 minutos de ejercicio aeróbico al día como dar una pequeña caminata.
Dormir
La información que se transfiere a través del hipocampo durante el sueño es esencial para que se consolide en la memoria a largo plazo. Unas 8 horas de sueño deberían ser suficientes, de hecho una siesta corta también ayuda a extender la memoria.
Un entorno adecuado
El cerebro utiliza las características del entorno para que luego le sea más fácil rememorar recuerdos. Por ejemplo los estudiantes suelen preferir el silencio para estudiar ya que los exámenes se realizan en silencio.
Encontrar nuevos hobbies
El aprendizaje constante ayuda a desarrollar nuevas habilidades, lo cual mejora la concentración y la atención en otros aspectos de tu vida.
Puzles
Los ejercicios mentales y los puzles requieren atención y estimulan tanto el hemisferio derecho como el izquierdo. Hay estudios que sugieren que las personas que realizan puzles mentales tienen menos facilidad para sufrir demencia o Alzheimer. Además el hecho de que nos concentremos hace que nos calmemos también.
Suplementos y vitaminas para la memoria
Aunque no existe una cura para la pérdida de memoria, los suplementos como el ginkgo biloba y la fodfatidil serina, ayudan a proteger del deterioro cognitivo mejorando la circulación y reduciendo el daño causado por los radicales libres.
Vida social
Existen estudios que demuestran que la vida social mejora tanto la memoria como la atención, y reduce el deterioro cognitivo. Así que reúnete a menudo con tus amigos no solo lo pasarás bien sino que mejorará la salud de tu cerebro.
Asocia
La memoria es asociativa, lo cual quiere decir que una nueva pieza de información se recuerda mejor si se asocia con algo. El cerebro no es especialmente bueno recordando listas largas o gran número de datos, a no ser que se puedan asociar con algo que ya conoce. Así que intenta asociar con palabras o imágenes para retener mejor la información.
Alimentos que mejoran tu cerebro
Existen alimentos que ayudan a aportar nutrirentes esenciales para que tu cerebro funcione correctamente, recuerda incluir:
- Frutos secos - Los frutos secos son ricos en proteínas, nutren el cerebro y ayudan a que las neuronas se comuniquen entre ellas. La proteína es la segunda materia más importante que se encuentra en el cerebro.
- Salmón - El aceite de este pescado está cargado de ácidos grasos omega 3, especialmente del tipo DHA, el cual es el más abundante en el cerebro. Una dieta alta en DHA puede incrementar la función de la memoria en un 15%.
- Ginkgo biloba - Un remedio herbal popular por su acción en la circulación de la sangre en el sistema nervioso central. Agiliza la memoria y defiende contra su pérdida.
- Bayas - Los arándanos contienen poderosos antioxidantes llamados flavonoides, ayudan a incrementar la comunicación entre las células cerebrales estimulan su regeneración.
- Chocolate negro - El chocolate negro contiene antioxidantes que mejoran las funciones de las paredes de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y las células, que de hecho mejora la cognición.
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