Eccema: síntomas, causas y tratamiento
El eccema es un término utilizado para una amplia gama de afecciones inflamatorias de la piel. Se desarrolla en niños en la mayoría de los casos, pero puede manifestarse también en la edad adulta. Provoca picazón, enrojecimiento, sequedad y agrietamiento de la piel, generalmente detrás de las rodillas y los codos, en la parte trasera del cuello y alrededor de las orejas y los ojos. Algunas áreas de la piel pueden decolorarse temporalmente y en la piel pueden generarse ampollas y sangrar.
Tipos de eccema
- El eccema atópico es el tipo más común, con los principales síntomas de picazón e inflamación de la piel.
- El eccema de contacto se refiere a una reacción localizada al contacto con una sustancia irritante o que causa alergias, como cosméticos o productos de limpieza.
- El eccema seborreico es un tipo de inflamación de la piel que se presenta como parches de piel amarillos generalmente en áreas de piel más grasas o con vello, como cejas, cuero cabelludo o pecho
- El eccema numular afecta más a los hombres que a las mujeres, presenta parches de piel irritada que pueden tener costras, descamación y picazón.
- Neurodermatitis, es la que un área se rasca con frecuencia, como la picadura de un insecto, puede desarrollar parches escamosos de piel en la cabeza, la parte inferior de las piernas o los brazos, que se irritan intensamente cuando se rascan.
- Dermatitis por estasis, una irritación de la piel de la parte inferior de las piernas, generalmente relacionada con problemas circulatorios.
- Eccema dishidrótico, que consiste en ampollas profundas que pican y arden, provocando irritación de la piel de las palmas de las manos y plantas de los pies.
- Dermatitis exfoliativa, que es una complicación poco común de la dermatitis atópica, que causa lesiones en toda la piel, fiebre y toxicidad de los órganos y, en casos graves, puede implicar empeoramiento de la salud.
Hechos sobre el eccema
- El eccema atópico es inflamatorio y no contagioso.
- 1 de cada 5 niños y 1 de cada 12 adultos tienen eccema.
- El eccema atópico es hereditario y a menudo ocurre junto con otras condiciones de salud, como el asma y la alergia estacional.
- Cada vez a más personas se les diagnostica eccema, posiblemente debido a cambios en el estilo de vida, factores ambientales, o un mayor conocimiento médico que conduce a un diagnóstico correcto.
- No existe cura para el eccema, pero se puede controlar con la atención adecuada.
- El eccema puede afectar a personas de todas las edades, afectando por igual a hombres y mujeres. Muchas personas lo superan a medida que crecen, pero puede reaparecer más adelante en la vida. Por lo general, un médico puede identificar el eccema con solo mirar las áreas afectadas, pero también puede usar un hisopo estéril para tomar una muestra y descartar la posibilidad de una infección de la piel.
Causas del eccema
Nuestra piel es la barrera entre nuestro cuerpo y el mundo exterior y está formada por células cutáneas, grasas y agua. Si la piel no tiene suficientes grasas y aceites naturales para mantenerse, entonces se pueden abrir espacios entre las células de la piel porque no retienen suficiente agua.
Esto permite que las bacterias o los irritantes pasen más fácilmente, provocando inflamación y picazón. Se desconoce qué causa exactamente el eccema en primer lugar, pero existen factores que pueden empeorarlo, que es cuando el eccema es más activo, como:
- Calor o frío extremos.
- Exceso de humedad y polvo.
- Irritantes como jabón perfumado, champú, detergente líquido o detergentes biológicos
- Infecciones virales.
- Alérgenos como ácaros del polvo, pelo de mascotas o polen.
- Materiales sintéticos como nailon y poliéster.
- En las mujeres, cambios en los niveles hormonales, como durante el ciclo menstrual o durante el embarazo.
- Estrés y ansiedad.
Remedios naturales para el eccema
Actualmente no existe una cura para el eccema, pero hay pasos que puedes seguir para mantener los síntomas bajo control. Si estás buscando un remedio natural, el primer paso es identificar los desencadenantes de los brotes para que puedas evitarlos tanto como sea posible.
- Intenta usar un humidificador en tu hogar para evitar que la piel se seque demasiado, especialmente en invierno cuando se usa la calefacción central.
- La savia de la planta de aloe vera se puede utilizar como humectante calmante en la piel seca e irritada. Hay cremas y geles disponibles, o puedes usar la savia directamente de la planta.
- Usa aceites naturales como aceite de coco, aceite de jojoba o aceite de almendras para suavizar la piel y ayudar a retener la humedad después de una ducha o baño. Evite exponer innecesariamente su piel a frío o calor extremos, esto puede empeorar el eccema.
- Las mujeres embarazadas pueden tomar probióticos, que según un estudio publicado en el British Journal of Dermatology, podrían ayudar a proteger al feto del desarrollo de eccema.
- Si sientes la piel caliente e inflamada, intenta envolver algunos cubitos de hielo en un paño y aplícalos en el área afectada para aliviar la picazón.
- Los bebés y los niños pequeños pueden usar guantes que les impiden dañar más la piel, especialmente mientras duermen.
Una dieta anti-eccema
Lo que comes tiene un efecto enorme en la apariencia de la piel, por lo que es importante tener cuidado con la dieta. El eccema es una afección inflamatoria de la piel, por lo que los mejores alimentos son aquellos que ofrecen beneficios antiinflamatorios.
Alimentos que puedes comer:
Omega 3: los mejores alimentos para el eccema son los ricos en ácidos grasos omega 3, como el pescado azul, las semillas y las nueces. Los omega 3, ya sea de la comida o de los suplementos de aceite de pescado, pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar la sequedad al restaurar algunos de los aceites esenciales de la piel.
GLA: el ácido graso omega 6 GLA también se ha mostrado eficaz para aliviar la inflamación. Una gran fuente de GLA es el aceite de onagra.
Vitaminas A, C, D y E: importantes para el mantenimiento del colágeno en la piel, ayudando a que la piel se mantenga hidratada, tersa y elástica.
Comida que debes evitar:
Carbohidratos y azúcares refinados.
Ciertas frutas. Algunas personas encuentran que las naranjas, los tomates, los limones y las fresas provocan brotes.
Aditivos alimentarios y conservantes: Alimentos preenvasados y procesados. MSG, benzoato de sodio, glutamato de sodio.