¿Qué ocurre mientras dormimos?

¿Qué ocurre mientras dormimos?

Dice el médico especializado en medicina del sueño Eduard Estivill que el sueño es un como taller, pues sirve para repararnos cada noche. Efectivamente, el sueño no es solo un tiempo de descanso para el cuerpo y la mente, sino también para asentar lo aprendido durante el día, es por eso que dicen «conocimiento dormido, conocimiento aprendido».

Varias investigaciones han demostrado que los estudiantes que duermen suficientes horas son capaces de retener mejor los conocimientos adquiridos que aquellos que no duermen lo suficiente. Incluso en el rendimiento de los deportistas se ha demostrado la importancia del descanso físico y mental. Así pues, el hecho de que las horas que dormimos sirvan, entre otras cosas, para asentar los conocimientos adquiridos, nos explica por qué los bebés y niños pequeños necesitan dormir más horas, y a medida que nos vamos haciendo mayores necesitaremos dormir menos horas para poder rendir durante el día. Los bebés reciben nueva información cada día y por tanto deben dormir más para asimilarla y retenerla. Con la edad tenemos más conocimientos y por tanto aprendemos menos por lo que no serán necesarias tantas horas de “reparación”. Además para los niños es especialmente importante dormir pues es durante la noche cuando más se segrega la hormona del crecimiento.

 

Los ciclos del sueño

En este taller del que nos habla el doctor Estivill, pasamos por diferentes ciclos del sueño, y cada uno de estos ciclos se compone de varias fases que podemos resumir en tres principales:

 

  • Una primera etapa de sueño superficial, que ocupará en torno al 50% del ciclo, y la denominamos así porque es un sueño ligero. En esta fase baja notablemente nuestro ritmo cardiaco y respiratorio. Esta etapa empieza por un proceso de adormecimiento, que no se prolongará demasiado si seguimos algunos consejos para conciliar el sueño pronto y no estar dando vueltas en la cama durante mucho tiempo, como no estar expuesto a pantallas de aparatos electrónicos durante al menos una hora y media antes de dormir, o no realizar cenas copiosas.
  • Tras la fase de sueño superficial entramos en la fase de sueño profundo, la fase de verdadera reparación y descanso. Tendrá una duración en torno al 15% del ciclo del sueño, y es una fase en la que nos costará despertarnos dado que especialmente nuestro cerebro está en su fase de reparación.
  • Por último llegamos la fase REM, denominada así por su nombre en inglés rapid eye movement (movimiento rápido de ojos). Efectivamente durante ésta etapa realizaremos movimientos muy rápidos con los ojos tras los párpados, y será ahora cuando soñemos. También se le llama fase de sueño paradójico, y tendrá una duración de en torno al 25% del ciclo del sueño.

Cada ciclo del sueño tendrá una duración aproximada de 90-100 minutos, y si dormimos las horas suficientes pasaremos por 4 o 5 cinco ciclos del sueño cada noche. Después de cada una de estas etapas es normal que tengamos micro despertares, aunque no siempre nos acordemos.

¿Se recupera el sueño?

Un mito que se ha extendido mucho ha sido el que afirma que si no duermes suficiente durante la semana, puedes recuperar el sueño durante el fin de semana. Esto no es real, lo que no duermas durante la semana te pasará factura cada día, pero no lo resolverás durmiendo 14 horas el sábado. De hecho la regularidad de horas de sueño es algo recomendable para tu salud física y mental.

Y la siesta ¿qué?

Además del sueño nocturno, estamos biológicamente creados para tener otro periodo de sueño cada día, que no supere los 30-40 minutos, y que los españoles (y cada vez más gente) lo llamamos «la siesta». La siesta al mediodía es por tanto una necesidad biológica,  que no solo los humanos practicamos, y que no debe sobrepasar la fase de sueño superficial.

Si el doctor Estivill denomina al sueño como un taller reparador, podemos denominar a la siesta como una parada para echar gasolina.

«Yo por la noche no duermo»

Hay mucha gente que no es capaz de dormirse temprano por las noches y por tanto le es un sacrificio madrugar cada mañana. Esto no es ninguna anomalía ni se debe asociar a personas vagas, es simplemente que algunas personas son más nocturnas y tienen el reloj biológico en modo nocturno. Esto no es ningún trastorno, pero si se desea, se puede intentar sincronizar tu reloj biológico con los efectos ambientales, es decir con las horas de luz del día, poniéndose en manos de médicos especializados en el sueño. 

 Aunque muchas veces se haya pensado que el sueño es una pérdida de tiempo pues pasamos muchas horas durmiendo (cerca del 30% de nuestra vida la pasamos durmiendo), bien es cierto que si no fuera por las horas de reparación y descanso no podríamos vivir los años que vivimos. Son numerosas las enfermedades relacionadas con la poca calidad del sueño y mayores los beneficios que obtenemos si dormimos cada día lo suficiente.

No le quites importancia al sueño, es tu taller de reparación.