5 claves para la nueva normalidad
Tras meses confinados en nuestras casas debido a la pandemia del coronavirus, toca volver progresivamente a la rutina. Esta “normalidad” que vamos recuperando va acompañada de nuevos hábitos que dibujan una situación poco parecida a la que estábamos acostumbrados. El uso de mascarillas, las distancias sociales, las estrictas medidas de higiene, los aforos reducidos etc., son medidas necesarias de protección que en algunos casos pueden complicar el esfuerzo que ya de por sí muchas personas tienen que hacer para recuperar la actividad social.
Numerosos estudios coinciden en señalar que cerca del 75% de la población ha sufrido algún tipo de trastorno psicológico durante estos meses, siendo los más comunes cuadros de ansiedad, estrés y depresión. Los psicólogos advierten que estas afecciones pueden seguir dándose debido a las circunstancias altamente inciertas actuales y por tanto conviene tenerlas muy en cuenta para evitar que conlleven males mayores en nuestra salud mental. Para ello siempre será recomendable acudir a un especialista que te asesore si crees que puedes estar sufriendo alguno de estos síntomas.
En el artículo de hoy vamos a darte algunos consejos, basándonos en la opinión de los expertos, para que tu vuelta a la normalidad sea lo más fácil posible.
1. Paciencia y comprensión
Entender las circunstancias por las que estamos pasando es clave para la salud emocional. Una reacción común a este tipo de cuadros de ansiedad o estrés es sentirse culpable y tratar de esconder lo que te está ocurriendo, sin embargo esa estrategia no ayuda más que a empeorar la situación y prolongarla en el tiempo.
Estamos viviendo circunstancias difíciles que han afectado a nuestro ritmo de vida y nuestras relaciones sociales. Es una situación inédita en nuestras vidas, que han generado mucha incertidumbre y en muchos casos miedo ante lo que puede ocurrir.
Ante tales circunstancias, cada persona ha tenido una reacción emocional diferente, por lo que pretender aparentar normalidad en nuestra vuelta a la rutina no es sino negar que cada cual ha vivido un proceso diferente y tú también necesitas tu tiempo de adaptación.
2. Adaptación progresiva
Igual que cada persona ha llevado un proceso de recuperación de la actividad social diferente, no podemos exigirnos unos plazos estrictos a nosotros mismos. Ante una situación inédita, las respuestas deben ser flexibles y comprensivas.
Es posible que ahora te cueste llevar a cabo actividades que antes realizabas sin problema como puede ser ir al supermercado o sentarte en una terraza. No te obligues a hacerlo todo de golpe, recupera rutinas progresivamente, y si algunas de ellas te cuestan más, no te culpes, entiende que es una situación nueva y que poco a poco vas a ir retomando.
3. Metas cortas y al día
Para retomar de manera paulatina nuestros ritmos de vida anteriores a la pandemia, una clave puede ser ir programándote metas cortas para cada día. En tiempos de tal incertidumbre hacer planes a largo plazo puede ser frustrante y poco seguro. Conviene ir dando pequeños pasos cada día que te hagan sentirte bien y poco a poco te adaptes a la nueva situación. Encuentra motivaciones personales que te hagan más fácil cumplir con tus tareas.
4. Vida activa y saludable
Desde este blog siempre hemos recomendado seguir un estilo de vida activo y saludable, lo que implica una buena alimentación basada en alimentos naturales, variados evitando ultraprocesados y alimentos altos en azúcares; y actividad física diaria adaptada a las necesidades y capacidades de cada persona.
Recuperar estos buenos hábitos de vida nos ayudará a preparar no solo el cuerpo sino también la mente para enfrentar los retos que nos vienen por delante. Recuerda que la salud física y emocional están estrechamente ligadas.
5. Detectar y trabajar la ansiedad
Unos de los cuadros más comunes en la recuperación de la actividad social son los episodios de estrés o ansiedad que muchas personas están experimentando. La ansiedad es igual que el miedo, pero a una amenaza no presente sino futura, es decir anticipar una situación que se plantea como amenaza, y por tanto el cuerpo reacciona como si esta fuera real: aumento de las palpitaciones, aumento de la temperatura corporal, sudoración de manos y pies etc. No obstante los episodios de ansiedad no suelen durar más de 10 minutos, y si se sabe detectar, incluso menos.
Para ello es importante analizar la situación con perspectiva, valorando si el miedo es real y dando respuestas racionales ante un miedo que en la mayoría de casos de irracional. Además la ansiedad se provoca por un exceso de pensamientos previos, por lo que una buena técnica es no profundizar en estos pensamientos y actuar. No hay mejor manera de atacar tales pensamientos que demostrarles que no son reales y que puedes sobreponerte a ellos.
No obstante si crees que no puedes gestionar estas situaciones por ti mismo, no dudes en contactar con un especialista que te dará las claves para entender qué te está ocurriendo y cómo gestionar esa situación.